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Cultură

Avenida totalitaria

La avenida Foch, situada en el decimosexto arrondissement de París, esta alineada por lujosas residencias de algunos de los peores déspotas de África y Medio Oriente. Denis Sassou Nguesso de

La avenida Foch, situada en el decimosexto arrondissement de París, esta alineada por lujosas residencias de algunos de los peores déspotas de África y Medio Oriente. Denis Sassou Nguesso de Congo-Brazzaville, Paul Biya de Camerún, el expresidente de Gabón, Omar Bongo, y muchos otros tienen su segundo hogar aquí, muy prácticos para llegar después de una tarde de compras en Champs-Élysées. Uno pensaría que los franceses no permitirían que personajes tan insípidos se apropien del vecindario; pero si tienen dinero, pueden firmar el título de propiedad, aunque ese dinero haya sido obtenido saqueando a los ciudadanos de sus respectivos países. Sin embargo, se avecina un cambio. Gracias a quejas de Transparency International y otras dos ONGs, las autoridades investigan los fondos utilizados por Bongo, Nguesso y el presidente de Guinea Ecuatrorial, Teodoro Obiang, para comprar sus lujosos departamentos. Según Transparency International, Bongo, Nguesso y Obiang tienen, en conjunto, 180 cuentas bancarias, 60 residencias de lujo en Europa y 18 carros con un valor de más de 8 millones de dólares. El hijo de Obiang, Teodorin, es más como un playboy del nuevo mundo. Como ministro de Bosques y Agricultura de Guinea Ecuatrorial, es dueño de más de $70 millones de dólares en propiedades en los Estados Unidos solamente, incluyendo una mansión en Malibu de 30 millones de dólares. Ah, y no olvidemos el Jet Gulfstream y los 2 millones en memorabilia de Michael Jackson. Necesita escuchar Man in the Mirror unas cuantas veces más. Guinea Ecuatorial es un pequeñísimo país rico en petróleo, donde uno de cada cinco niños muere antes de los cinco años y el 70 por ciento de la población vive con dos dólares al día. El Departamento de Estado de Estados Unidos se movilizó recientemente para embargar todas sus propiedades en el país. Incluso en Francia, donde el gobierno ha sido más indeciso para investigar las finanzas turbias de los dictadores localmente establecidos, los fiscales de distrito han comenzado a investigar las cuentas de oficiales de gobierno en Túnez, Egipto, Libia y Siria. Así que si andan por ahí valiendo madres en París en un futuro próximo, tómense aunque sea un momento para caminar por los bancos del Sena y disfrutar de la belleza de la Avenida Foch, inhalando el hedor histórico de estos tiranos, que con suerte, desaparecerán en un futuro próximo.